No presumas delante del rey, ni te coloques entre los grandes; es mejor que te inviten a subir, que ser humillado ante los nobles. Proverbios 25:6-7 (BLPH)

Este proverbio no dice que esté mal ser reconocido o incluso ser visto como importante. Pero está diciendo que está mal estar motivado por el deseo de ser reconocido y visto como importante.

No se trata tanto de la posición de poder, sino del lugar que el poder, la autoridad, la importancia y el reconocimiento tienen en nuestros corazones.

Hay personas en altas posiciones de poder con corazones más humildes que algunas personas que están en posiciones bajas pero que fantasean e idolatran con ser ricos y poderosos.

¡Señor, ayúdanos a morir por la necesidad de ser vistos como importantes! Ayúdanos a tener libertad y ser vistos como insignificantes.

Realmente creo que aquellos que tienen el impacto más significativo se olvidaron de comprar a aquellos que se contentan con ser vistos como insignificantes en el tamaño del mundo.

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Arregla tu pleito con tu prójimo y no descubras secreto ajeno, no sea que algún oyente te avergüence y tu deshonra no tenga remedio. - Proverbios 25:9-10

Creo que está hablando de chismes. A veces, para ganar un debate o una discusión con alguien, nos sentimos tentados a mencionar el nombre de un tercero.

Por ejemplo, tal vez tu suegra se ha vuelto demasiado y finalmente la confrontas al respecto. Este proverbio te advierte que no digas algo como “y mi cuñado ha sido herido de la misma manera por ti, pero no quiere decírtelo”.

No traiciones la confianza de otra persona para ganar un debate o una discusión.

¡Señor, protege nuestra boca y nuestro corazón de traicionar las confidencias de los demás para tener razón en otro debate!

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Con paciencia se convence al gobernante, palabra amable quiebra la resistencia. - Proverbios 25:15

La mayoría de los cristiano en los estados unidos, no creemos en esto realmente. Queremos pegarle a los que están en el poder en lugar de ser pacientes con ellos. Queremos despotricar y delirar porque eso nos hace sentir duros. Queremos que nuestros políticos sean duros y atrevidos y le muestren el dedo a nuestros oponentes.

Y, sin embargo, Jesús fue el epítome de este proverbio. Fue paciente sin ser fácil de convencer. Sus palabras firmes pero amorosas literalmente pusieron a la gente de rodillas.

E incluso cuando sus palabras lo crucificaron, esa “derrota” condujo a la victoria más grande que la humanidad jamás podría desear.

Satanás me susurra todo el tiempo que llegaré más lejos si hago más ruido y soy más demostrativo.

La palabra de Dios dice que lograré más logros – y lograré las cosas correctas – a través de la paciencia y las palabras amables (incluso si sufro a corto plazo por ello).

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Diente picado y pie vacilante es confiar en traidor en el apuro. Proverbios 25:19

Este versículo simplemente me hace detenerme y preguntarme si soy este tipo de persona. ¿Soy digno de confianza o me consideran poco confiable?

Cuando digo que voy a hacer algo, ¿lo hago?

Cuando le digo a alguien que terminaré algo en una fecha límite determinada, ¿lo cumplo?

¿Digo “sí” con demasiada facilidad cuando en realidad quiero decir “tal vez”?

¿Eres una persona confiable?

Creo que un seguidor de Jesús debe ser confiable en todos los aspectos de la vida. El propietario de un negocio o un contratista no debería poner los ojos en blanco pensando en nosotros porque estamos atrasados ​​en un pago.

Si somos dueños de ese negocio o contratista, no debería haber un cliente que ponga los ojos en blanco porque no vinimos el día que dijimos que lo haríamos.

Nuestros amigos no deberían tener que preguntarse si llegaremos a tiempo para llevarlos al aeropuerto.

Esto simplemente habla de nuestra integridad.

Mucho conocimiento bíblico no impresionará a un mundo incrédulo si no somos personas confiables y dignas de confianza.

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Cantar coplas a un corazón malherido es como echar vinagre en la llaga o tiritar de frío sin tener con qué abrigarse. Proverbios 25:20

Me encanta este proverbio porque nos recuerda la necesidad de tener inteligencia emocional. Necesitamos poder leer un cuarto. Necesitamos poder sentir empatía sin intentar arreglar los sentimientos de alguien.

Necesitamos ser capaces de llorar con aquellos que lloran en lugar de darles tópicos espirituales superficiales, clichés eclesiásticos o molestas canciones felices.

En Juan 11 Jesús lloró ante la tumba de Lázaro, aunque sabía que lo iba a resucitar de entre los muertos en unos momentos. Ese es un gran ejemplo de estar presente en un momento y sentir lo que otros sienten.

Que podamos afrontar el dolor de los demás de la misma manera, ya sean extraños,  esposos o hijos.